11 de abril de 2008

Sobre el punto

Joan Miró


Parece mentira que una palabra tan corta de tan solo cuatro letras o un signo tan insignificante, pueda tener tanta fuerza.
El punto siempre nos acompaña y nos va marcando el camino. Encontramos puntos a cada paso que damos, voy a poner unos ejemplos a mi manera:


El punto y seguido: "Espera que todavía no he terminado, continuo..."

Los dos puntos: "Déjeme que te explique y te aclare... vamos a razonar"

El punto y coma: "Para que no te confundas, sigo..."

Puntos suspensivos: "Ahora te toca sacar tus propias conclusiones... "

Punto y aparte: " Cambiemos, vamos a mirar esto desde otra perspectiva"

Punto y final: "Se acabo, ya no hay nada de que hablar"


Bueno, supongo que si esto lo leyera un profesor de gramática me daría collejas una tras otra, menos mal que ya paso mis años de escuela. Aquellos en los que no me gustaba poner mucha atención; hoy lo lamento.
De alguna manera creo que algo aprendí y lo que deje por aprender, lo estoy recuperando hoy. En cierta ocasión me dijeron: "Los puntos suspensivos siempre han de ser tres!" ¡Oh!, pensé: pues a mi se me queda pegado el dedo en la tecla; creía que así daría mas énfasis" pues no, solo tres.

Es tan pequeño, tan libiano, tan sencillo: ¡Qué punto tiene el punto!



Hay tantos puntos de vista... ¿No os parece?


Y punto. (expresión popular de: He dicho)

3 comentarios:

Eos dijo...

Me gusta tu interpretación de los puntos.

Un beso dulce, Mediterráneo.

Anónimo dijo...

¡¡¡Punto tiene 5 letras!!!

Mediterráneo dijo...

Cierto "anónimo"...

¡En que estaría pensando! quitando esa consonante.