12 de abril de 2008

Jezebel

Jezebel no nació con una cuchara de plata en la boca,
ella probablemente tenía menos que cualquiera de
nosotros,
pero cuando aprendió a andar, aprendió
a derribar la casa.
No puedo culparla por su belleza,
ella gana sin proponérselo.

Jezebel, ¡qué belleza!

Parece una princesa con su vestido nuevo.
- ¿Cómo lo conseguiste?
- ¿De verdad lo quieres saber? - preguntó.
Podría parecer que está en su camino.
Es más, más que un simple sueño.
Se puso sus medias y sus zapatos,
no tenía nada que perder, dijo que merecía la pena.

Alcanza la cima,
y el sol brillará.

- Cada invierno era una guerra - decía -,
quiero conseguir lo que es mío.

Jezebel, Jezebel

no intentará negar de dónde viene,
puedes verlo en su orgullo
y en el negro de sus ojos.
Intenta enseñarle un camino mejor,
ella te dirá que no sabes lo que te has perdido,
y para entonces, ella se negará a ver que sabes que no
escuchará.

- Alcanza la cima - decía -,
y el sol brillará.

- Cada invierno era una guerra - decía -,
quiero conseguir lo que es mío.


1 comentario:

Hoy quiero contarte dijo...

- Alcanza la cima - decía -,
y el sol brillará.
Una historia dura la de Jezebel. No se, te deja un gusto... agridulce en la boca. Y sin embargo, no deja de ser un pequeño reflejo de la vida real envuelta de poesía. No deja indiferente.