27 de abril de 2008

Recordándote

Atardecer en Extremadura


Esta foto me ha traído recuerdos e imagenes de ti. De cuándo subíamos a lo alto del castillo, de verte haciendo fotos sin parar, cuándo me atropellabas por las cuestas pidiéndome que mirara a tu cámara, ese amor tuyo por la fotografía. Tantos momentos vividos, tantas risas compartidas.

Recuerdo aquella tarde de verano, de un agosto de aquellos que no tenían piedad y el termómetro marcaba 45º a la sombra y tu gusto por compartir charlas con las gentes del pueblo, aquellos que su invitación primera es: "¡Vamos a tomarnos unos chatos!", aquella calidez tuya que no podías decir a nadie un no. Y te iban invitando de un lugar a otro... y llego aquella noche estrellada. ¿Te acuerdas que estrellas se veían allí?, parecía que el cielo se te iba a caer encima y te iban a tapar con un manto estrellado.

Aquella noche estabas demasiado "contento" para verlas... te reías sin parar y tuvistes un silencio, para mirarme a los ojos y decirme: ¿Te has fijado que cielo hay esta noche?- claro- te dije, entre risas. ¡Vámonos al castillo! me propusiste, no -te dije- vamos a dormir, tu no serias capaz de llegar; te tendría que subir rodando cuesta arriba y no estoy por la labor.

Al día siguiente seguías con las ganas de subir y nos fuimos a ultima hora de la tarde, para llegar a un atardecer como este. Tenias calma en tus ojos y sentí que en aquel momento eras feliz cuándo me cojiste de la mano y timidamente me dijiste:
¡Que atardecer más bonito!


(Hombre de pocas palabras y muchos sentimientos)

Hace ocho años que me faltas, te recuerdo cada día, no me acuesto sin darte las buenas noches. Sé que ahora estas en ese cielo estrellado ¡que suerte tienen las estrellas!. Y no te pierdes ni uno solo de estos atardeceres.


¿Sabes cuanto te extraño? Sé que lo sabes...
Te quiero, mi hermano del alma.

25 de abril de 2008

Se va Abril


Con sus luces y sus sombras
Con lo que nos dejo vivir
Con lo que nos permitio sentir
Con sus risas y sus llantos
Se va, nos deja este Abril.

24 de abril de 2008

El puesto de flores




Cada noche daba largos paseos y siempre se quedaba admirando la majestuosa fachada de aquel hotel de lujo. Era impresionante verlo iluminado por las noches, un capricho inalcanzable, de esos que alguna vez nos queremos dar. Poder llevar a una de sus suite al amor de nuestra vida.

Cada noche que pasaba delante de el se prometía que algún día entraría por su gran haal de su mano y después de una noche de pasión, desayunarían mirándose a los ojos.

Cuándo aquellos pensamientos le corrían por las venas se extremecía, pensando que solo era un sueño, que jamas se podría permitir.


Y así iban pasando las semanas, los meses, los años...


Una noche vio el puesto de flores, nunca le dio importancia. Hasta que aquella noche de primavera reparo en un pequeño ramito de violetas, le pidió al vendedor que se lo arreglara con exquisito esmero y le pidió una tarjeta para poner entre sus pequeñas florecillas.


En aquella nota ponía:


"Mi amor, no puedo llevarte a un lujoso hotel que guarda Neptuno.
A cambio te traigo estas pequeñas florecillas violetas
con mi amor perfumandolas, per tu"



Cada noche a partir de entonces, se paraba en el puesto de flores de Neptuno y compraba un ramo de violetas, poniendole la misma nota.
Y desde entonces el puesto de flores quedo en primer plano, aquel hotel haciéndole de fondo y Neptuno entre los dos girando la mirada al ramito de violetas.

23 de abril de 2008

23 de Abril

La Leyenda

El 23 de Abril es fecha que siempre ha estado ligada, directa o indirectamente, a la literatura y las tradiciones populares. Los caballeros catalanes que partieron hacia el Oriente no se debieron imaginar la repercusión que tendrían sus relatos sobre el culto a un santo local: Sant Jordi. Posteriormente este relato se "adaptaría" a la tradición medieval de caballeros luchando contra el mal. La leyenda que surgió es de sobras conocida: Santo Jordi lucha contra el malvado dragón que mantiene retenida a la princesa. Finalmente, Sant Jordi vence y en el lugar donde el dragón derrama su sangre crece un rosal como signo de amor y amistad. Pero lo que definitivamente ha empujado a la importancia de ese día ha sido que ahora se ha considerado como
"Día Internacional del libro".


No hay nada más bonito que el intercambio de rosa y libro entre enamorados.


FELIZ
SANT JORDI


20 de abril de 2008

Iceberg


Maravillas de la naturaleza.


A veces es mejor mirar que hablar, un comentario puede emborronar una imagen.

Una mirada, nunca...








12 de abril de 2008

Jezebel

Jezebel no nació con una cuchara de plata en la boca,
ella probablemente tenía menos que cualquiera de
nosotros,
pero cuando aprendió a andar, aprendió
a derribar la casa.
No puedo culparla por su belleza,
ella gana sin proponérselo.

Jezebel, ¡qué belleza!

Parece una princesa con su vestido nuevo.
- ¿Cómo lo conseguiste?
- ¿De verdad lo quieres saber? - preguntó.
Podría parecer que está en su camino.
Es más, más que un simple sueño.
Se puso sus medias y sus zapatos,
no tenía nada que perder, dijo que merecía la pena.

Alcanza la cima,
y el sol brillará.

- Cada invierno era una guerra - decía -,
quiero conseguir lo que es mío.

Jezebel, Jezebel

no intentará negar de dónde viene,
puedes verlo en su orgullo
y en el negro de sus ojos.
Intenta enseñarle un camino mejor,
ella te dirá que no sabes lo que te has perdido,
y para entonces, ella se negará a ver que sabes que no
escuchará.

- Alcanza la cima - decía -,
y el sol brillará.

- Cada invierno era una guerra - decía -,
quiero conseguir lo que es mío.


11 de abril de 2008

Sobre el punto

Joan Miró


Parece mentira que una palabra tan corta de tan solo cuatro letras o un signo tan insignificante, pueda tener tanta fuerza.
El punto siempre nos acompaña y nos va marcando el camino. Encontramos puntos a cada paso que damos, voy a poner unos ejemplos a mi manera:


El punto y seguido: "Espera que todavía no he terminado, continuo..."

Los dos puntos: "Déjeme que te explique y te aclare... vamos a razonar"

El punto y coma: "Para que no te confundas, sigo..."

Puntos suspensivos: "Ahora te toca sacar tus propias conclusiones... "

Punto y aparte: " Cambiemos, vamos a mirar esto desde otra perspectiva"

Punto y final: "Se acabo, ya no hay nada de que hablar"


Bueno, supongo que si esto lo leyera un profesor de gramática me daría collejas una tras otra, menos mal que ya paso mis años de escuela. Aquellos en los que no me gustaba poner mucha atención; hoy lo lamento.
De alguna manera creo que algo aprendí y lo que deje por aprender, lo estoy recuperando hoy. En cierta ocasión me dijeron: "Los puntos suspensivos siempre han de ser tres!" ¡Oh!, pensé: pues a mi se me queda pegado el dedo en la tecla; creía que así daría mas énfasis" pues no, solo tres.

Es tan pequeño, tan libiano, tan sencillo: ¡Qué punto tiene el punto!



Hay tantos puntos de vista... ¿No os parece?


Y punto. (expresión popular de: He dicho)

9 de abril de 2008

Bocetos



Voy pasando por la vida haciendo bocetos. Bocetos de lo cotidiano, de las pequeñas cosas, de lo que le pasa a otros, de lo que me pasa a mí y hasta de lo que me gustaría que me pasara.
No necesito mucho para plasmarlos, siempre tengo en el desván de mi mente, lapices y papel. Son pequeños trazos, algunas sombras, hasta me atrevo a darle un poco de color, tímidas pinceladas.


Son solo bocetos...

Llegará el día que los recopile todos para hacer un cuadro:
¡Mi cuadro!

No podrá ser de un solo estilo, llevará un poco de todos.

Realismo: Fiel y realista, representando de la manera más natural la visión del momento.
Surrealista: Fantástico, poco natural, inesperado como los sueños.
Impresionista: Buscando en cada pincelada el efecto de las variaciones de la luz.
Abstracto: Exagerado en sus formas y colores ó simple como dos brochazos, siempre buscando la emoción.

Ya tengo muchos para pintar mi cuadro. Será la herencia que deje a todos los que quiero.


Cada trazo un sentimiento
Esbozando cada momento
Lento e inolvidable

7 de abril de 2008

Amarre



















Me
quede
en
el
amarre
de
tu
puerto.

Hice nudos a tus ojos,
a tus manos,
a tu cuello, nudos marineros.


¡Yo que no soy de mar... sino de tierra adentro!


Me amarre a tu cintura, a tus cabellos,
a tus pasos, a tus versos...
Le fui haciendo nudos a tus verbos,
atamos el mar y el cielo,
amarrando estos sueños,
los tuyos, los mios, los nuestros.


¡Yo no soy de mar... sino de tierra adentro!


Que ironía, la mar me atrapa cada día,
y seguimos haciendo pequeños nudos
a esta historia de mar adentro.
Navegando por el crepúsculo de esta fantasía,
que me enseñen los marineros; nudos, amarres...



¡Que yo no soy de mar!



Solo
soy
una
marina
amarrada
en
este
puerto.

6 de abril de 2008

Toco tu boca


Toco tu boca, con un dedo todo el borde de tu boca,
voy dibujándola como si saliera de mi mano,
como si por primera vez tu boca se entreabriera,
y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar,
hago nacer cada vez la boca que deseo,
la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara,
una boca elegida entre todas,
con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara,
y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca
que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca
y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más cerca
y los ojos se agrandan, se acercan entre sí,
se superponen y los cíclopes se miran,
respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente,
mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes,
jugando en sus recintos, donde un aire pesado va
y viene con un perfume viejo y un silencio.

Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo,
acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos
como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces,
de movimientos vivos, de fragancia oscura.
Y si nos mordemos el dolor es dulce,
y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento,
esa instantánea muerte es bella.
Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura,
y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.


Julio Cortázar

4 de abril de 2008

Hilvanando

Esta
noche
ando
hilvanando
lágrimas...

... solo la música me acompaña.

1 de abril de 2008

La primera vez que mis ojos lo miraron


Mi viaje a la India:

El viaje ha sido intenso por muchas razones, en otra ocasión os contaré, ahora me quiero centrar sólo en un lugar de ese maravilloso País.



El TAJ MAHAL:


Tengo que aclarar que fui sin saber mucho del monumento, sólo que un Emperador lo hizo construir por el inmenso amor que le tenía a su esposa. Y el guía que llevábamos no era lo suficientemente bueno como para en pocas palabras explicarte los monumentos, vimos muchos antes que el Taj Mahal y siempre eran los mismos datos cambiándoles los nombres… en fin, que llegó un momento en que yo dejé de escucharle y me dedicaba a hacer fotos disimuladamente mientras él seguía con su español cortito. A mí no me gustaba perderme nada de lo que pasaba a mi alrededor y si le ponía atención a él, fijaba su mirada en mí y no me dejaba ver nada. Así que antes de entrar en el Taj Mahal ya lo tenía decidido… no le escucharía, y así fue. Entramos por esa inmensa puerta de tierra rojiza con dibujos blancos, al pasar el inmenso portón… Allí estaba a lo lejos. ¡Ooohhhh! me dije, me llevé las manos a la boca mientras seguía caminando hasta el borde del jardín. No podía despegar mi mirada de esa Maravilla que estaba a lo lejos, reflejando su figura en el estanque alargado que besa sus pies. Me quedé paralizada, como cuando algo te impacta (y eso que lo he visto mil veces en fotografías, claro, que nada tiene que ver con tenerlo delante de tus ojos). Esa perfección en sus formas, ese color blanquecino del mármol, desde lejos no pueden verse sus lindas flores y sus piedras preciosas. Lo fui dibujando con la mirada, quería alargar la mano y tocarlo. Le hice una foto, la que tiene todo el mundo desde esa posición. Me llamaban sin cesar, reclamándome que me diera prisa… era sábado y estaba lleno de gente, la cola era inmensa para entrar. “Ya voy”, les dije… y vi una buganvilla a mis pies, no me resistí a agacharme y meter la cámara entre sus flores a ver qué imagen salía. Corrí entre la gente, ya no los veía, pero yo iba tan feliz por la última fotografía, me imaginaba que tenía que haber salido de lujo. Empecé a caminar entre la gente, ¡dios mío!… no había visto tanta mezclas de colores juntos ni en una paleta de colores. Los chirriantes tonos de los Saris, están guapísimas sus mujeres, los llevan como una segunda piel. Toda esa mezcolanza de color, los jardines, el agua, invitaban a mis ojos a no perderse nada de aquello.


Mi corazón le ganó la partida y por más que quería mirar a mí alrededor el Taj Mahal los atraía como un imán. El bullicio era intenso, había miles de personas (aunque no hablaban excesivamente alto), el trinar de los pájaros, las voz de mi guía llamándome y de pronto fue como si ese fantástico palacio lo absorbiera todo, dejé de escuchar lo de mi alrededor. Para centrarme en él, seguía pintándole con la mirada, con el aliento. Llegué a la escalinata que sube a su patio, tenía tantas ganas de verle de cerca que me abalancé por las escaleras, escuché un grito y un tirón a mi blusa me hizo bajar el primer escalón "¡Te tienes que descalzar, anda ponte los calcetines y deja aquí los zapatos!". Me quité unas babuchas blancas que llevaba (iba de blanco, porque decidí que el Taj Mahal se merecía ir lo más parecido a sus tonos, en su honor; también pensé que mis pies deberían ir desnudos, las plantas de mis pies no podían ir cubiertas por nada… mi piel quería tocarlo a cada paso). Y así fui siguiendo la cola en forma de serpiente, cuanto más me acercaba, más me asombraba. Qué perfección en sus formas, los colores del mármol mezclados con la magia de las piedras semi preciosas de su exterior, los dibujos maravillosos, cálidos, suaves, elegantes… cómo si nada pudiera perder la compostura. El sol estaba bajo, ya casi poniéndose le daba un reflejo anaranjado suavemente. Ya estaba en la puerta principal, me noté que el mentón se me cayó hacia abajo, la escritura que bordea su puerta versos del Corán; siempre me han llamado mucho la atención sus formas, son como un cuadro abstracto que no sabes lo que dice, pero te gusta. Al entrar noté el silencio que se desplomó de golpe desde su inmensa cúpula (ya la gente no hablaba, apenas se les oía la respiración) la mía también la dejé de oír. Me dejé llevar por la gente, con lentitud… como si de una brisa se tratara, empezamos a girar sobre la tumba de esa mujer, rodeada de una pared a media altura de mármol y piedras preciosas, alguien las enfocó con una linterna, se podía ver el brillo de las esmeraldas, rubíes, lapislázuli, el rojo del coral, … formando miles de flores. Pero hasta eso dejó de tener importancia para mí.


Yo sólo podía pensar una cosa:
“¿Quién te puede amar tanto, para inmortalizarte por los siglos?”.
La envidié, no por todo el lujo que la rodea, sino por el amor que allí se respira.
Y añoré unos brazos rodeándome por detrás, pegando mi espalda contra su pecho, su boca susurrándome al oído, sus pies siguiendo mis pisadas,
su aliento calentándome el cuello... bajo esa penumbra.
Salí de allí con los ojos empapados, una lágrima bajando por mi mejilla, una sonrisa en los labios. Y extrañando a alguien.




Alguien importante dijo del Taj Mahal:
“Una lágrima de mármol detenida en la mejilla del tiempo”


Y alguien no menos importante dijo:
“Hijo mío, las cosas hechas con amor tienen algo especial”



“El Taj Mahal no deslumbra por la riqueza de sus joyas y mármoles, brilla por la humanidad y el amor que rezuman sus paredes”. Esto es lo que yo pienso. Jamás olvidaré esos momentos, espero volver algún día… para sentarme durante horas a contemplarle con la calma que se merece. Y, a ser posible, sin extrañar a nadie… por tenerlo sentado a mi lado.




Nota: Tiene una bella historia de amor detrás, buscadla… sólo he pretendido dejar lo que a mí me sucedió por si a alguien le interesa.

* Esto es una pincelada de lo que sentí un 19 de Noviembre, a las cinco y media de la tarde.